Casarse con una persona solo para obtener la residencia legal en Estados Unidos es considerado fraude matrimonial y constituye un delito federal. Aunque muchas personas creen que esta práctica es común o inofensiva, las leyes migratorias son claras: obtener beneficios migratorios mediante engaños es ilegal.
¿Qué es el fraude matrimonial?
Se trata de un matrimonio celebrado con el único propósito de evadir las leyes de inmigración. Es decir, cuando una pareja finge estar en una relación real para que uno de ellos obtenga la tarjeta de residencia permanente (Green Card).
Este tipo de fraude puede incluir acuerdos financieros entre desconocidos, matrimonios arreglados sin convivencia, o la presentación de documentación falsa ante las autoridades migratorias.
Consecuencias legales del fraude
Negación de la residencia: El Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS) puede rechazar permanentemente la solicitud de ajuste de estatus.
Deportación: El inmigrante involucrado puede ser puesto en proceso de remoción del país.
Prisión y multas: Hasta 5 años de cárcel y multas que pueden superar los 250,000 dólares.
Inhabilitación futura: Las personas declaradas culpables de fraude matrimonial quedan vetadas de por vida para obtener beneficios migratorios.
Cómo detecta USCIS el fraude matrimonial
Las autoridades migratorias aplican rigurosos controles para verificar si un matrimonio es genuino. Algunas de las medidas incluyen:
Entrevistas individuales y conjuntas a la pareja
Solicitar evidencia de vida en común (cuentas bancarias, alquiler, seguros, fotos)
Revisión de redes sociales y antecedentes
Visitas domiciliarias sin previo aviso
¿Qué pasa si el matrimonio es real pero no tienes pruebas?
Incluso si una pareja está legalmente casada y su relación es verdadera, la falta de evidencia concreta puede causar la negación de la residencia. Por eso, es fundamental mantener registros, documentos y pruebas que respalden la relación conyugal.
Un riesgo que no vale la pena
El fraude matrimonial puede parecer una solución rápida para obtener papeles, pero los riesgos son enormes. No solo pone en peligro el estatus migratorio de la persona, sino también su futuro en Estados Unidos. Además, las autoridades han endurecido los controles y han procesado a cientos de personas por este delito.
Casarse debe ser una decisión personal basada en una relación auténtica, no un negocio. El intento de burlar el sistema puede costar mucho más que el beneficio temporal que se busca obtener.
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